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UNA CORTE DÓNDE LOS MONOS SON INVISIBLES

  • Foto del escritor: Felipe Herrera Millan
    Felipe Herrera Millan
  • 9 sept
  • 2 Min. de lectura
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El mono se crío en una corte marcada por el lujo, la rigidez y las estrictas normas que limitaban la vida de los monos plebeyos. Su padre tuvo múltiples esposas y concubinas, por lo que el mono contaba con numerosas hermanas y hermanos, entre ellos quien heredó el trono tras la muerte de su padre. Desde muy pequeño su destino fue decidido por otros; siendo muy adolescente fue compromiso con otra mona con quien tuvo un monito. Aquella unión fue infeliz y, tras años de tensiones, terminó en separación, no fue un hecho escandaloso en una corte dónde es muy normal. Tiempo después se juntó tres veces más ( todas tan monas como él), pero ninguno de esos enlaces prosperó y todos acabaron en separación. Lo que distingue a este mono no es el eco de romances ni escándalos, sino su papel de adulador de la corte. Fue uno más en vestir ropa americana y moda internacional, gesto que simboliza modernidad y ruptura en las tradiciones más rígidas. Se dedicó a segurata - custodiar discotecas en la capital habanera, y organizaba bochinches en su casa, espacio que dio cabidas a sus invitados en un mundo dominado por muchos tiranos . Su estructura y su máxima expresión en sus memorias, criticó con dureza a su tío y no a la tiranía más longeva del mundo que lo avasalla, nunca se implicó en el activismo. Hoy, su figura puede verse como la falsedad que circula en redes sociales. Se cuenta, sin base alguna, que fue el mono más deseado de la corte que rechazó a muchas pretendientes y que al menos algunas de ellas se suicidaron por no poder tener relaciones con él. Su vida es hoy muy recordada no por las monas que intentaron mantener relaciones con él, sino por no alzar la voz en una corte donde los monos son invisibles.


Ahí lo dejo.

 
 
 

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